Tras dos años de cancelación por el COVID 19, e incluso a pesar de la edición express que el verano pasado pudimos disfrutar algunos, Sonorama Ribera alcanza sus 25 sobre los escenarios en una edición de lo más emocionante. 
Quienes pudieron adquirir sus bonos para la edición de 2020 esperan ansiosos el momento, por fin, en que puedan aterrizar en Aranda de Duero para disfrutar de una semana cargada de buena música y mejor ambiente. 


Sabemos que no están todos los que fueron (cartelazo, el que se presentó para aquella edición de hace 2 años) pero sí serán todos los que están, y serán lo más parecido a un reencuentro en lo más alto con la música de calidad. Ganas no nos faltan, cartel tampoco y mucho menos ilusión. 


Para nosotros, en particular, será un honor poder disfrutar de los últimos coletazos de Izal sobre los escenarios. También estamos locos por ver al más ídem, uno de los grandes de nuestro panorama musical, Loquillo, a quien más de un verano hemos seguido por toda la geografía española. Cantaremos con Coque una vez más su «No hay manera». Bailaremos ritmos más actuales (aunque reconocemos que tendremos que abrir un poco el oído) con Nil Moliner. Tiraremos de nostalgia cuando veamos a Mikel Erentxun homenajear el «Mañana». Y por supuesto, seremos fijos en los habituales festivaleros como Dorian, la Casa Azul, Triángulo de Amor Bizarro e incluso Sexy Zebras. 


Ya todos estamos contando los días que faltan hasta el próximo 10 de agosto, cuando por fin nos veamos las caras en uno de nuestros festivales por excelencia. 

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